Unidad II - Los Escritos Técnicos de Freud, El yo y el otro yo - Lacan, J.

26.05.2015 00:00

"He aquí entonces adonde quería yo llegar a través de estos ejemplos: en la medida en que el reconocimiento del ser no culmina, la palabra fluye enteramente hacia la vertiente a través de la cual se engancha al otro.

No es ajeno a la esencia de la palabra, si se me permite la expresión, engancharse al otro. La palabra es sin duda mediación, mediación entre el sujeto y el otro, e implica la realización del otro en la mediación misma. Un elemento esencial de la realización del otro es que la palabra puede unirnos a él. Es esto  sobre todo lo que les he enseñado hasta ahora, ya que es ésta la dimensión en la que nos  desplazamos constantemente.

Pero existe otra faceta de la palabra que es revelación.

Revelación, y no expresión: el inconsciente sólo se expresa mediante una deformación, Entstellung, distorsión, transposición.

Este último verano escribí Función y campo de la palabra y del lenguaje sin emplear allí adrede el término expresión, pues toda la obra de Freud se despliega en el sentido de la revelación, no en el de la expresión. La revelación es el resorte último de lo que buscamos en la experiencia analítica.

La resistencia se produce en el momento en que la palabra de revelación no se dice —como escribe curiosamente Sterba al final de un artículo execrable, pero muy cándido, que centra toda la experiencia analítica en torno al desdoblamiento del ego, una de cuyas mitades debe acudir en nuestra ayuda contra la otra— en el momento en que el sujeto no encuentra ya salida. Se engancha al otro porque lo que es impulsado hacia la palabra no accedió a ella. El advenimiento inconcluso de la palabra, en la medida en que algo puede quizá volverla fundamentalmente imposible, es el punto pivote donde la palabra, en el análisis, fluye por entero hacia su primera vertiente y se reduce a su función de relación con el otro. Si la palabra funciona entonces como mediación es porque no ha culminado como revelación."